Nuestro Padre Jesús de la Victoria
María Santísima
de la
Paz
Santísimo Cristo
de la Vera+Cruz
Nuestra Señora
de la
Soledad
San
Juan Evangelista
Nuestra Señora
de los Dolores
El Cristo posterior a los sucesos del 36 fue realizado por el ceramista-escultor, D. Enrique Orce Mármol. Se trata de una imagen de tres clavos y tamaño natural, completamente policromado, presenta la cabeza inclinada hacia la derecha y recostada sobre el hombro, donde deja caer su cabellera, se trata de un Cristo muerto que ya ha agonizado, posee los ojos entornados y hundidos, la nariz aguda y la boca entreabierta dejando ver sus dientes. El paño de pureza es de un solo nudo y se extiende hacia la derecha. Tras varias restauraciones vino a ser sustituido en 1990 por una réplica del escultor palmerino, D. Joaquín Moreno Daza.
El actual crucificado presenta mayor tamaño que el natural, realizado en madera de ciprés, la carnalidad de su policromía está realizada en tonos marfiles, es una imagen con poca sangre. Su expresión es serena y sus brazos forman un ángulo muy acusado mientras que las piernas presentan una leve flexión en sus rodillas y el pie derecho descansa sobre el izquierdo, pende de una gran cruz arbórea rematada por el titulus realizado en tres lenguas en metal policromado por D. Joaquín Ossorio Martínez, en 2007.
Lleva corona de espinas superpuesta realizada en 2006 por el escultor cordobés, D. Juan Jiménez González y juego de potencias en plata de los Hnos. Zamorano de Córdoba de 2007.
Durante 2014 y con motivo de los actos de su 25 Aniversario a celebrar durante el año 2015, el Cristo ha sido intervenido por el escultor rocianero, D. Juan Manuel Parra Hernández, que lo ha repolicromado devolviendo al Cristo todo su realismo y esplendor. El Cristo ha sido repuesto al culto el pasado domingo 22 de febrero de 2015.